El artista Pedro Simón presentó “Hatuey” un evento de carácter colaborativo, performativo y procesual que dio como resultado la creación de un conjunto de obras in situ. Para su realización, Simón utilizó como pigmento cenizas de una enorme escultura de hojas de tabaco quemada aquella tarde en honor al cacique guerrero cubano Hatuey, defensor de los indígenas que fue sacrificado de igual forma por los dominadores españoles en 1512. El artista se erigió en maestro de ceremonias de un ritual pagano ideado en los márgenes de la performance artística, la memoria sobre las injusticias, la tradición, los modos de vida, los hilos tan irrompibles como invisibles que unen a los pueblos a un lado y otro del océano…
El proyecto fue comisariado por Michel Hubert y patrocinado por la Fundación Altadis. Las obras resultado del suceso desarrollado la tarde noche del 26 de junio se exhibieron en el MVM hasta agosto. Se editó un catálogo por el Consorcio Museo Vostell Malpartida y la Fundación Altadis.