El 30 de octubre de 1976 comenzaba la historia del Museo Vostell Malpartida con la creación en Los Barruecos de la escultura de Wolf Vostell “VOAEX. Viaje de (H)Ormigón por la Alta Extremadura”, situada a los pies de la Peña del Tesoro, en Los Barruecos. En realidad estaba naciendo un museo sin muros integrado (entonces) por una única obra, aunque previamente el artista había realizado diez cuadros-objeto preparatorios que fueron exhibidos en el Centro Creativo del Museo Vostell Malpartida, en el núcleo urbano de Malpartida de Cáceres.
Con la creación de la escultura ambiente “VOAEX” el artista escenificó el “choque” mental que le produjo encontrar un paraje como Los Barruecos, sintiendo de inmediato la necesidad de declararlo obra de arte de la naturaleza. Vostell imaginó en aquel lugar una nueva forma de arte y paisaje donde las ideas de happening y Fluxus se pudieran medir en una manera básica con los procesos de la naturaleza, de la mano del dé-coll/age. Enfrentar al mundo contemporáneo, con todo su potencial destructivo y alienante, frente a sí mismo y frente a la naturaleza.
Es muy significativo que para la realización de esta escultura fue necesaria la colaboración activa de muchos vecinos del pueblo, a quienes Vostell invitó dos años más tarde a depositar la energía de sus pensamientos en una caja de plomo que hoy integra, aprisionada en un cilindro de hormigón, la escultura titulada “El muerto que tiene sed”. Sin la participación de personas con responsabilidades colectivas -primero realizando trabajo físico, después cediendo materia espiritual- las dos obras originales del Museo Vostell Malpartida no hubieran podido existir jamás.
El artista portugués Alberto Carneiro ha realizado sobre otra de las rocas de Los Barruecos el grabado “ARTE=VIDA” durante la SACOM II (Semana de Arte Contemporáneo Malpartida), en 1979. Asimismo, el italiano Claudio Costa ha realizado la instalación titulada “El volcán durmiente. El pensamiento emigrante”.
Ya dentro del recinto del museo, se exhibe el conjunto de esculturas de Wolf Vostell titulado “Toros de Hormigón”, que utiliza la técnica del encofrado. La incorporación de motores industriales de camión posibilita al artista parafrasear los conocidos Toros de Guisando, localizados en el término municipal abulense de El Tiemblo, de este modo conectar la cultura ancestral española con las claves de la modernidad.
También se exhibe al aire libre la gran escultura multimedia de Wolf Vostell “¿Por qué el proceso entre Pilato y Jesús duró sólo dos minutos?” (1996), cuyo elemento central es un avión militar MiG 21, clavado en vertical sobre un pequeño estanque, con un circuito cerrado de agua. Este avión de guerra es intervenido con automóviles, pianos, monitores de ordenador… ¿acaso también por los nidos y las cigüeñas? Si fuera así, el artista estaría subvirtiendo jerarquías y la naturaleza completaría la obra, retomando el discurso en el mismo punto en el que Vostell lo ha dejado. La escultura alude al momento preciso en el que -según los evangelios canónicos- se decidió la pasión y crucifixión de Jesucristo. En relación a este asunto, debemos destacar que Vostell se sirve del pasado para reflexionar sobre el presente y el futuro. La escultura es enormemente actual porque alerta de los peligros de la aceleración y de las decisiones rápidas. Después de todo Poncio Pilatos tardó bien poco en “lavarse las manos” para esquivar responsabilidades.
La escultura sonora del artista belga Raphaël Opstaele “Templo del viento” se exhibe al aire libre en el recinto del museo, pero solamente se activa (esto es, suena) cuando así lo quiere la naturaleza. Se trata de una obra que pertenece a la serie “Sound Stream”, surgida de un proyecto homónimo del colectivo Mass Moving (del que Raphaël Opstaele fue un integrante central), que consistió en una expedición entre Bélgica y Camerún en la que se construyeron ‘in situ’, y en colaboración con las comunidades locales, cuatro órganos de viento con troncos de bambú. En el órgano de viento del Museo Vostell Malpartida es el libre viento, que nada entiende de fronteras ni de la historia o el mercado del arte, quien decide realmente cuando estos troncos de bambú son arte y cuando no lo son.
Por su parte, la escultura de Yoko Ono “Painting to Hammer a Nail”, ha sido realizada siguiendo una partitura de la artista vinculada a Fluxus. En su formulación inicial, una serie de instrucciones de la artista invitan al visitante a martillear clavos sobre un lienzo o sobre cruces de madera. Y de un modo similar, la intervención colectiva titulada “J de romeros” es también el fruto de una acción compartida realizada por más de un centenar de miembros de la Asociación de Amigos del Museo Vostell Malpartida y dedicada a la memoria de Julia Romero, una de sus socias más activas y comprometidas.