WOLF Y MERCEDES VOSTELL

La Colección inaugural “Wolf y Mercedes Vostell” ofrece un recorrido amplio y variado por los ciclos más representativos del artista fundador. En su mayor parte, las obras que la integran fueron escogidas por Wolf Vostell de entre su producción, ubicando en espacios de especial relevancia aquellas que el artista entendió como indispensables para generar un discurso expositivo coherente que considerara al mismo nivel el entono, el edificio y las obras de arte; en algunos casos, se realizaron ex-profeso para espacios concretos de las Salas de Esquileo y Pesaje del antiguo Lavadero de Lanas de Los Barruecos. La componen ambientes que constituyen la referencia peculiar de este museo: “Fiebre del Automóvil” (1973), “Fluxus Buick Piano” y “Desayuno de Leonardo da Vinci en Berlín” (1998), etc. El primero de ellos estuvo ya incluido en los bocetos iniciales que el artista realizó cuando albergaba la idea de poder desarrollar el museo en plena naturaleza, entre las rocas y los arbustos de Los Barruecos. La mayoría de estos ambientes incluyen como objetos artísticos elementos de la simbología fetichista de nuestra época (el coche, la televisión, el hormigón), transformados y confrontados por Vostell para dar aviso de las sombras y conflictos que encierra la sociedad contemporánea. De singular importancia es “El Fin de Parzival”, una obra de gran formato, colaborativa y conceptual, que surge de un intercambio de obras entre Salvador Dalí y Wolf Vostell. Mientras que la Fundació Gala-Salvador Dalí de Figueres (Girona) exhibe en unos de sus patios un gran obelisco de televisores realizado por Vostell, Dalí regaló a Vostell una idea que está materializada en esta obra, finalizada por Wolf Vostell en 1988.

A todo ello se unen grandes relieves (“Trashumancia”), y otros cuadros y cuadros-objeto de gran formato como “El Entierro de la Sardina” (1985), “Las Chicas del Billar” (1986), “Mythos Berlin” (1986-1987) y “Stella Seelenfreund” (1994). Además, la colección Wolf y Mercedes Vostell cuenta con un abundante número de cuadros-objeto y proyectos de esculturas (Serie “Ícaro y Tanit”) que intentan ofrecer un extenso itinerario por los ciclos más significativos del artista. Se deben mencionar también las obras “Transmigración III” (1958-1959), el primer cuadro conocido en el que se introduce un aparato de televisión, «Dé-coll/age Le Figaro» (1964) creado a partir de otra noticia de catástrofe aérea en primera página del periódico francés, diez años más tarde de aquella que dio como resultado el hallazgo del «dé-coll/age», su herramienta conceptual, o “Montaña extranjera” (1958), con la que Vostell inicia su gran producción sobre Extremadura.

Con los años, los fondos de la Colección Wolf y Mercedes Vostell se han visto incrementados con la incorporación de varias obras vinculadas a otros ciclos fundamentales del artista como la pintura «Angeloi» (1981), de la serie de obras dedicada a «Los ángeles», dentro del tren-escuela «Fluxus Zug», o uno de los cinco dibujos de gran formato «Sara-Jevo» (1992-93).

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